Solamente los que arriegan llegar demasiado lejos
son los que descubren hasta dónde pueden llegar
Thomas Eliot ( 1888- 1965)
Tampoco le preguntó si las 3 de la mañana era su hora habitual de preparar
bizcochos,¿o se debía como dijo antes a que estaba triste ?.
En realidad,mientras Clemente hablaba para sí,ella no escuchaba nada diferente
de la lectura interrumpida por su llegada-aroma-de-hogar al tiempo
que el libro de Yasunari Kawabata se deslizara en su regazo con melancolía:
....."En la anatomía de cada doncella encuentra las imágenes de otras mujeres a la que un día amó, que ahora duermen en el olvido y vuelven a su memoria. Los recuerdos reviven en su mente a través de un olor como la esencia de unas flores, el aroma de la leche materna y la voluptuosa fragancia de una piel que le retrotrae inmediatamente al pasado. Un gesto se convierte en el detonante de un recuerdo nítido de una pasión de antaño. Los cuerpos bellos y firmes de las jóvenes narcotizadas despiertan en Eguchi una multitud de sensaciones, unas veces tiernas y otras claramente perversas. Se deleita contemplando los movimientos de las doncellas en el sueño, la posición de sus brazos, el color de sus labios, las delicadas formas de sus dedos, la curvatura de una cadera y el brillo de sus cabellos. Estas imágenes encienden sus recuerdos de nostalgia y liberan sus ocultas fantasías"....
Pensó que Clemente no parecía medico sino un jardinero en vacaciones, o quizá un
artista plastico que ... No. Era demasiado ideal; QUÉE hombre sabía preparar bizcochos
y aceptaba ser sorprendido por la vida .
A su pregunta en qué piensas ella supo que era inutil contestar en Yasunari Kawabata y
de si disfrutó o no de la efímera fama de ser el primer autor japones que ganara el
premio Nobel de Literatura.Por lo que contestó con su habitual desmadre del pensar-
unir las palabras de los numeros , claro ,a su manera feroz :
_Te amo.
_Cómo me tiras esa PALABRA así y desde tan lejos.
Ella se encogió de hombros,felíz de lo que su corazon descubría a pesar de
sus miedos.Tambien es lícito enamorarse en la despedida.
¿ O no ?